Cómo cuidar el agua del jacuzzi para uso exterior
Al hablar de un jacuzzi para uso exterior nos estamos refiriendo a tranquilidad, confort y diversión al aire libre, un espacio lúdico y divertido para toda la familia y los amigos donde podemos sentirnos libres y a gusto para olvidar por un rato las preocupaciones diarias y el estrés cotidiano.
Sin embargo, queramos o no, estamos atravesando una realidad muy preocupante que puede afectar el uso tanto del hidromasaje de exterior como de las bañeras de hidromasaje interior, relativo al cambio climático en el que el calentamiento global es uno de los grandes responsables y afecta directamente el acceso al agua en todo el planeta, especialmente en continentes con una capa freática frágil como la de Europa.
Como usuarios de jacuzzis, desde nuestro hogar o donde sea que lo tengamos instalado, es mucho lo que podemos hacer para colaborar con el cuidado del agua.
El agua potable, un recurso frágil e increíblemente escaso
Algo que sorprende en un primer momento es la mención de lo escasa que es el agua potable, en especial si se toma en cuenta que el planeta está compuesto en un 75% de océanos y mares.
El problema radica en que el agua de mar está cargada en exceso de sales y minerales que son contraproducentes al momento de beber y que no son potables en sí; la realidad es que apenas el 0,8% del agua del planeta es apta para el consumo humano. Ese minúsculo porcentaje representa a los ríos, lagos, riachuelos y la capa freática oculta bajo el manto terrestre.
Este pequeñísimo porcentaje de agua potable depende, a su vez, de un ciclo de lluvias estacionales cuyo delicado equilibrio se ha visto amenazado de forma directa por el cambio climático afectando el acceso al agua potable, el regadío para la agricultura, la ganadería, el uso industrial y cualquier otra actividad humana esencial.
Cada vez menos agua
A esta preocupante realidad viene a sumarse el grave problema del impacto en los mares y océanos de donde procede en gran medida el agua que se evapora hacia la atmósfera y produce el ciclo de lluvias.
Podría sonar increíblemente irónico que el aumento de temperatura afecte al acceso del agua si más bien aumenta la evaporación de los océanos e incrementa la cobertura de nubes que cubre nuestra atmósfera, pero en realidad es mucho más complicado de lo que se piensa.
Para empezar, dicho aumento de temperaturas a escala global afecta los ciclos del agua creando más tsunamis, ciclones, tormentas tropicales y huracanes que producen devastadoras inundaciones, olas de calor y al impactar los continentes socavan los ríos, ciénagas, lagos y lagunas contaminando sus aguas y haciéndolas imposibles de beber.
Otro efecto inmediato de estos desastres naturales es la acumulación de sedimentos en las márgenes de ríos y lagos, lo que altera su potabilidad.
Para tener idea de lo preocupante de la situación, la ONU estima que por cada grado centígrado que aumente la temperatura del planeta afecta de manera directa al 7% de la población mundial que ve disminuir su acceso al agua potable en hasta un 20%.
Este impacto, además, es profundamente desigual, afectando más a determinadas regiones en detrimento de otras, lo que se traduce en extraordinarios períodos de sequía y en extraordinarios períodos de lluvia casi ininterrumpida.
Este impacto se ve reflejado en los litorales costeros en donde se aprecia un acelerado aumento en los niveles del mar, en especial durante los ciclos de marea alta y baja. Esto afecta a todo: desde la salinidad de los afluentes de los ríos hasta el transporte marítimo y la pesca comercial.
Los efectos de un mundo sin agua potable
De acuerdo a los estudios de Unicef, más de 60 millones de niños viven en áreas vulnerables donde se registran bajísimos niveles en la capa freática y de acceso al agua potable debido a un ciclo de bajas precipitaciones o en donde ocurren lluvias torrenciales que contaminan los suministros almacenados.
Otros estudios de Unicef señalan que al menos 300 millones de niños viven en zonas de alto riesgo en donde el nivel del mar aumentará dramáticamente en las próximas décadas y que no poseen ni los medios ni los recursos para potabilizar el agua ni para almacenarla en embalses adecuados.
A primera vista, ciertas naciones podrían considerarse a salvo, pero se trata de un espejismo. Naciones altamente desarrolladas como Francia, Alemania y Japón han visto cómo el cambio climático está alterando los ciclos regulares de lluvia modificando sus recursos hídricos, y por consiguiente, su economía.
Países del sur del Mediterráneo como España están sufriendo un deterioro en sus afluentes y en los ciclos de lluvia, situación que empeora en regiones ya de por sí extremadamente secas como el norte de México o el Medio Oriente.
De acuerdo a los expertos, esta alteración en los ciclos naturales de lluvia producirá efectos inmediatos en nuestra vida diaria:
- Balance químico
La enorme acumulación de CO2 está alterando el equilibrio químico de los mares y océanos, esto repercutirá en los ciclos reproductivos de toda la biodiversidad marina, lo qu generará consecuencias impredecibles en la pesca.
- Capa freática
La continua alteración del ciclo del agua termina alterando la humedad de la tierra y su capacidad para mantener el nivel de la capa freática, y de acuerdo a los datos de la ONU menos de la mitad de la humanidad dispone del líquido almacenado en la capa freática para el consumo.
- Nivel poblacional
A la par que disminuye el acceso y almacenamiento de agua potable aumenta la población mundial haciendo muy difícil para el 55% de las personas gestionar el agua potable de manera adecuada. Esto, además, se agudizará de manera dramática para el año 2050.
- Aumento del nivel del mar
Al aumentar la temperatura aumenta el deshielo del casquete polar y de los glaciares, lo que aumenta el nivel del mar alterando aún más el ciclo de lluvias y contribuyendo a aumentar los desastres naturales, además de disminuir la cantidad de agua potable ya que tanto el casquete polar como los glaciares son manantiales naturales de agua potable.
¿Podemos contribuir de alguna manera para cuidar el agua?
Como ciudadanos individuales es poco lo que se puede hacer, pero como colectivo es muchísimo lo que obtendremos si tomamos la conciencia necesaria para atajar el problema y revertirlo.
Como consumidores responsables que somos, una manera efectiva que podemos adoptar para ayudar a cuidar el agua es asegurándonos que nuestros jacuzzis para uso exterior no generen ningún tipo de goteras y que no desperdiciamos nada de agua al usarlo.
Para lograr esto debemos darle un mantenimiento adecuado a nuestro jacuzzi:
- Comprobación de las bombas
Generalmente las fugas de agua suelen concentrarse alrededor de la bomba/motor del jacuzzi. Para asegurarnos de que no haya ningún tipo de fuga o filtración hay que hacer una comprobación apagando el jacuzzi y revisando debajo de la bomba para detectar posibles goteos, empezando por el sellado de la bomba.
- Uniones
El segundo lugar donde las goteras y fugas de agua suelen concentrarse es en las conexiones de las uniones que se encuentran en el calentador y en los accesorios sueltos, los cuales, por lo general, se pueden reparar fácilmente apretándolos a mano.
Es importante advertir que dichas uniones suelen ser muy delicadas, así que nunca deben de usarse llaves o alicates porque dañarían el calentador o la bomba.
- Válvulas
El jacuzzi para uso exterior suele tener una gran cantidad de válvulas distribuidas en varios lugares, las cuales controlan niveles, presión, calefacción y el flujo de agua. En este sentido es recomendable pedir asesoría profesional porque cuando se trata de las válvulas no es sencillo localizar el problema de inmediato.
- Conexiones
Al igual que las válvulas, los jacuzzis para uso exterior presentan una gran cantidad de conexiones dispersas en los inyectores, las tuberías, la salida y entrada de agua, los chorros de presión, etc., por lo tanto, no es fácil hallar la procedencia exacta de la fuga si viene de alguna conexión.
Lo recomendable en estos casos es probar de manera aislada cada área, en especial la de los jets, y a partir de ahí buscar cuál es la junta que está defectuosa y filtrando el agua.
De igual modo, las conexiones que se encuentran en las tuberías de PVC suelen debilitarse con el paso del tiempo y es importante revisarlas de manera periódica cuando se sospeche que se está filtrando el agua.
Un pequeño esfuerzo que vale mucho
Es cierto que estas pequeñas reparaciones pueden considerarse estériles e inútiles si lo juzgamos de manera individual, pero cuando se hace la sumaria total, nos daremos cuenta que hemos salvado miles y miles de litros de agua al año.
De hecho, el cálculo estimativo es que por cada jacuzzi para uso exterior que presente una fuga, así sea pequeña, puede representar hasta 60 litros de agua al mes. Cuando multiplicamos eso por miles de jacuzzis para exterior a nivel mundial podemos notar el altísimo impacto en la contribución del problema.
Recordemos que todos los grandes ríos, océanos y lagos nacieron de pequeñas gotas que se fueron formando hasta abarcar grandes áreas, de igual modo nuestros pequeños esfuerzos en conjunto pueden ayudar un poco a gerenciar mejor uno de los recursos naturales más importantes de nuestro planeta.