Consejos ineludibles sobre el baño turco hammam
Hace mucho tiempo, el baño turco hammam era reconocido como un sitio para socializar, lugar en el cual podías disfrutar de una experiencia relajante junto con otras personas en el día a día. A partes iguales, estos sitios combinaban la higiene con la relajación, pues eran un punto de encuentro para disfrutar de un tratamiento natural. Parte de esto no ha cambiado, pero ahora existe la posibilidad de tener un baño hammam propio, en tu casa.
En muchas ocasiones esta modalidad de baño de vapor es confundida con un sauna; si bien es cierto que se parecen en ejecución, el baño hammam es diferente en varios sentidos.
¿Qué es un baño turco hammam?
Conocido también como baño turco, es una modalidad de baño de vapor que se diferencia del tratamiento de sauna gracias al vapor. Los saunas utilizan calor seco, generalmente mediante una resistencia/estufa, mientras que los baños hammam usan un generador de vapor para obtener humedad. Un cambio tan simple es capaz de darle la vuelta al tratamiento por completo.
Antiguamente, las personas se reunían en áreas cerradas a disfrutar de este tratamiento, puesto que tiene efectos similares a los del jacuzzi spa para exterior. Incluso en la actualidad existen baños turcos hammam públicos con un servicio al cliente estupendo.
Pero también es posible comprar un baño hammam propio, no una sauna pública, sino una cabina, siendo similar en apariencia y funcionamiento a las cabinas de hidromasaje; solo que con un enfoque distinto.
Estructura y beneficios del tratamiento
Al tratarse de una cabina, su espacio es reducido, y dependiendo del modelo puede traer varios asientos, así como una teleducha termostática extensible que en el caso nuestro, el de Web del Hidromasaje, dispone de función termostática para que sea posible elegir la temperatura con gran precisión. Cada uno de los baños hammam posee un generador de vapor que funciona a base de agua, y cuya potencia también varía de acuerdo al modelo.
No hace falta más que aportarle agua con la que pueda trabajar y en cuestión de minutos el generador convertirá el agua a vapor. En este punto la humedad de la cabina es casi total, lo cual propicia multitud de beneficios a la piel, además de que se convierte en un tratamiento perfecto para dispersar el calor y refrescar el cuerpo.
El tiempo recomendado de uso es de 15 a 20 minutos, ya que mucho más tiempo podría provocar complicaciones en cuanto a la respiración.
Pero, de mantenerse dentro del tiempo de uso recomendado, el hammam es capaz de aumentar la capacidad de intercambio de oxígeno en los pulmones, así como de abrir las vías respiratorias, por lo tanto ayudando a mejorar las congestiones nasales, hasta sirviendo como un tratamiento alterno para la tos y los resfriados.
Uno de los beneficios más reconocidos es la limpieza de la piel. Todo el mundo sabe que después de un baño de vapor la piel queda mucho más limpia, eliminando toxinas e impurezas que esta pudiera tener. Igual de importante es la eliminación de estrés, otra de las principales características del baño hammam. El vapor induce al cuerpo a un estado de relajación mental que ayuda a despejar la mente, liberando estrés.
No se trata solamente de beneficios mentales y para la piel, los músculos también se benefician. Ello porque el calor ayuda a relajarlos, convirtiéndose en el tratamiento perfecto para finalizar una sesión de entrenamiento.
Sea gripe o congestión, el vapor limpia las vías respiratorias, facilitando el poder respirar con mayor intensidad. Incluso el pelo se beneficia del vapor: la humedad limpia tanto el cabello como el cuero cabelludo, obteniendo como resultado un pelo liso y sano, algo que sobre todo beneficia a las personas cuyo pelo es seco.
Recomendaciones de uso para el baño turco hammam
A pesar de que traiga consigo tantos beneficios, es importante conocer algunos límites antes del uso. Lo primero es no abusar del tiempo dentro del baño hammam, ya que puede causar problemas para respirar correctamente.
Tampoco es recomendable su uso sin estar bien hidratado, a pesar de que un baño hammam no es ni por asomo tan caliente como un sauna. Es importante mantenerse hidratado antes de acceder al hammam.
Dado que puede llegar a ser difícil respirar para algunas personas, el baño turco hammam no es recomendado para personas que padezcan de asma. Si el asma y el ambiente pesado que se forma dentro de la cabina se juntan, podría llegar a ser mortal para la persona.
Como el vapor es agua pura, las paredes y cristales se mojan con mucha facilidad, así que tienen que ser limpiados después de cada sesión, de esta forma no solo se mantiene limpia la cabina, sino también se evita la aparición de bacterias.
Es probable que te sientas un poco agobiado cuando la temperatura empiece a cambiar, pero eso es algo normal, sobre todo cuando no estás acostumbrado. Esa sensación desaparecerá en cuestión de unos minutos.
¿Sauna seca o baño turco hammam?
La principal diferencia es el tipo de vapor que utiliza cada uno, siendo este el causante del resto de diferencias. La sauna, al utilizar calor seco, deshidrata el cuerpo en gran medida pero al mismo tiempo ayuda a limpiar grasa e impurezas de la piel, sometiéndolo a una sudoración constante.
El baño hammam usa vapor húmedo, por lo que no deshidrata la piel en lo más mínimo. Es más, la hidrata más de lo que debería, además de que ayuda a combatir los dolores musculares gracias a un enfriamiento constante de la piel.
Una sauna seca posee temperaturas muy altas, logrando que la persona sude en exceso; un baño turco hammam, en cambio, posee temperaturas bajas que no provocan ningún sudor, aunque ambas ayudan a limpiar la piel de igual forma.
Por otro lado, la humedad en los saunas es casi nula, mientras que los baños hammam persiguen de manera clara la obtención de una humedad de casi el 100%. Es por esta razón que los baños hammam poseen techos inclinados, así el agua que se acumule correrá por las paredes hacia abajo.
Los asientos de las saunas son de madera, porque si estos llegaran a calentarse demasiado y fueran de otro material como metal, podrían causar quemaduras en la piel a temperaturas muy altas.
Por suerte la madera absorbe la humedad, manteniendo las superficies frías y repeliendo el humedecimiento del aire. Pero por otro lado, en un baño de vapor, esta alta concentración de humedad y la condensación constante de éste podrían degradar la madera, haciendo que se desgaste con rapidez.
Y esa es la razón por la cual los baños hammam están recubiertos con materiales que puedan mojarse sin causar problemas.