Jacuzzi = Bañera de hidromasaje
Quizás no lo sabías y te pilla por sorpresa. Jacuzzi es sinónimo de bañera hidromasaje. Así de simple. ¿Por qué? Bien, Jacuzzi fue una marca creada en 1956 por Candido Jacuzzi, quien, cansado de la artritis reumatoide que sufría su querido hijo, decidió instalar un motor que inyectara aire en la bañera, consiguiendo así calmar sus dolores. Años después, otro miembro de la familia se percató de la gran utilidad del invento y dada la demanda que comenzó a crearse, decidió empezar a comercializarlos, eligiendo como marca su propio apellido. Y de ahí que mucha gente conozca las tinas de hidromasajes como jacuzzis. Igual que, por ejemplo, la marca Rimmel de máscara de pestañas dio nombre genérico a éstas, Jacuzzi hizo lo propio con su invento.
Las bañeras hidromasajes son conocidas por su agradable masajéo en puntos clave del cuerpo como el cuello, los riñones o los pies, que además de ayudar en la relajación y evasión durante el baño, se utilizan a modo de terapia en personas con dolores de espalda y estrés, gente con insomnio y personas con enfermedades de tipo respiratorio. También son muy útiles para reactivar la circulación sanguínea, combatir la celulitis y eliminar toxinas. Lo que pretendemos decirte con todo esto es que debes empezar a ver los hidromasajes con otros ojos; a parte de entenderlo como un artículo cuyo único uso es el de tomarte un respiro después de un duro día, comprende que tiene un potencial muy superior del que sacarás partido. No te imaginas los resultados que se dan en personas con los problemas mencionados.
Además de todo ello, si añades aceites vegetales al agua justo antes de meterte en el hidromasaje mejorarás tu salud física y mental. Las propiedades de las esencias no sólo penetran a través de la piel, sino que al vaporizarse con el agua caliente, también las inhalamos, consiguiendo que nos relajemos por completo a la vez que disfrutamos de un agradable olor. Algunas personas recomiendan ducharse con geles enriquecidos con aceites esenciales; lo cierto es que estos productos, por supuesto también revitalizantes, no tienen los mismos efectos que disolverlos en agua. Esto no lo decimos nosotros, hay muchos estudios que consideran el uso de plantas como terapia (Aromaterapia) y defienden sus beneficios a medio y largo plazo.
Concluyendo: si quieres un jacuzzi tómate tu tiempo en elegir el acorde a tí, a tus necesidades y al espacio de tu baño. Ten en cuenta que también dependerá del uso que quieras darle y, obviamente, del presupuesto que estés dispuesto a invertir. Pero ante todo, cuando ya lo tengas, disfruta de él y cuídalo. Tanto si te das un baño solo o acompañado, aprende a sacarle el máximo partido y saboréalo. Pon una buena música y olvídate de los males que te rodean.