Lo que necesitas saber de la sauna de infrarrojos
Las saunas datan de hace más de 2000 años y en todo este tiempo han servido como uno de los métodos más famosos para relajarse en todo el mundo. Sin mencionar todos los otros efectos positivos que puede traer a la salud del cuerpo y mente.
Saunas y cómo funcionan
Por lo general, la sauna de infrarrojos consta de una habitación cerrada, o incluso cabinas que cualquiera con los recursos monetarios suficientes puede adquirir. Dependiendo de su tipología, genera calor sometiendo a la persona a una temperatura alta dentro de dicho espacio cerrado, provocando así que la piel sude. De esta forma se eliminan toxinas, y logramos un alivio muscular y un estado de relajación completo.
Con el paso del tiempo las saunas secas han tenido distintas formas de crear este calor, antiguamente y aun a día de hoy, se utiliza carbón para generarlo. Las saunas más modernas incluso tienen maquinas que se encargan de esta labor por si solas, pero existe otro tipo de sauna que utiliza un método mucho más diferente al convencional.
Sauna de infrarrojos, una versión alternativa
A diferencia de las saunas convencionales que se basan en utilizar calor por prolongados periodos de tiempo para lograr que el cuerpo sude, estas saunas utilizan rayos infrarrojos para calentar el cuerpo y la piel directamente, transformando la energía de la luz en energía calorífica.
El efecto es mucho más rápido, puesto que esta variante calienta directamente la piel sin necesidad de una estufa. Esto resulta ser mucho más eficiente no solo en cuanto al tiempo que el usuario debe permanecer dentro de la sauna, sino que además elimina uno de los puntos en contra de las saunas comunes.
Es decir, de esta forma la temperatura del aire no se eleva a las temperaturas extremas que podría llegar a alcanzar en una sauna convencional y de este modo permite respirar de forma normal, así como permanecer mucho más tiempo dentro de la sauna. En cambio, por lo general habría que tener mucho cuidado con el tiempo que se permanece dentro de una sauna por las consecuencias que podría llegar a ocasionar.
Las saunas de infrarrojos reparten el calor uniformemente por todo el cuerpo, penetrando profundamente sobre la piel, de manera más eficiente que la sauna por estufa, y logrando dilatar los vasos sanguíneos. De esta forma logra facilitar la oxigenación del tejido y de paso dilata los vasos sanguíneos.
Cómo utilizar una sauna de infrarrojos
En este caso, para utilizar correctamente una sauna con infrarrojos, es necesario calentar los paneles, proceso que de media suele durar entre 10 y 20 minutos, tiempo muy inferior a lo que tardaría en acumularse y hacer efecto el calor de una sauna común. Es por esto que resulta ser mucho más eficaz, además de que no tendrás esa sensación de asfixia debido al aire caliente que se acumula en la cabina.
Una vez dentro de la sauna, es normal que no se sienta ningún efecto al momento, pero esto es completamente normal. Por lo general hay que esperar unos cuantos minutos para empezar a notar los efectos de la sauna; puede demorarse de 3 a 4 minutos hasta que la temperatura del cuerpo aumente.
Para calentar los paneles es necesaria energía eléctrica; por suerte el consumo eléctrico de esta sauna, a diferencia de lo que muchos podrían pensar, es muy bajo, y puede conectarse a cualquier toma de energía de 220V.
Una vez más, las saunas tradicionales quedan por detrás de las saunas de infrarrojos en otro aspecto, pues requieren de una mayor potencia eléctrica para funcionar correctamente, así como 30-40 minutos de calentamiento antes de poder usarla.
Beneficios de usar una sauna de infrarrojos
Al igual que con una sauna por estufa, las saunas de infrarrojos traen consigo muchos beneficios para el cuerpo, entre los que se encuentra la eliminación de toxinas del cuerpo mediante el sudor generado por la exposición a los rayos infrarrojos. Ello favorece la circulación de la sangre y previene que la grasa se asiente y acabe por depositarse en las arterias, previniendo la arteriosclerosis, además de ayudar a prevenir y contrarrestar la celulitis.
Expertos afirman que las saunas de infrarrojos son capaces de ayudar a las personas con riesgos de insuficiencia cardiaca, pudiendo normalizar o bajar la presión sanguínea, así como ayudar con cualquier dolor crónico que se pueda llegar a presentar.
Tomar sesiones en la sauna de forma regular es muy recomendable. Cualquiera querría aprovechar un lujo como este, de ser posible, sobre todo personas con estilos de vida ajetreados o que tengan un día ajetreado.
Por último, algunos modelos de cabinas poseen accesorios como un termostato para conocer la temperatura exacta a la cual se somete el cuerpo, una lámpara de pared para ver mejor en la oscuridad o incluso un reproductor de mp3 con puerto USB para poder escuchar música mientras tomas tu sesión relajante en la sauna; la mayoría de los modelos disponen también de un cubo de madera con cuchara (para la versión de sauna con estufa) para poder regular la humedad.
Problemas como artritis, dolencias musculares y reducción drástica del estrés, quedan reducidos tras el uso asiduo de la sauna, incluso sirve para mejorar el estado de ánimo.
Por otro lado, hay otros beneficios que algunos afirman, pero realmente no son más que una suposición equivoca. Se dice que las saunas de infrarrojos son capaces de reducir el colesterol. Tampoco hay pruebas de que ayude a combatir la obesidad o la fatiga.
Otros beneficios falsos que se le adjudican tienen que ver con tratar o prevenir enfermedades como la diabetes, el cáncer, la aparición de ulceras, combatir el herpes, contrarrestar el asma o prevenir enfermedades como el alzhéimer.
¿Cuáles son los peligros?
Si es usada correctamente, ninguno. El problema se presenta cuando los infrarrojos son concentrados en un haz muy estrecho y con una potencia muy alta. Pero si se evita esta situación en específico, los infrarrojos no son más que calor en estado puro.
Las ondas que emite en la sauna son completamente inofensivas mientras que no estén concentradas en un punto específico. Algunos podrían compararlo, y con razón, con estar en un horno gigante, puesto que el funcionamiento detrás de ellos es similar e incluso el consumo de energía de esta sauna es similar al de un microondas.
Obviamente otra situación que debe evitarse por completo es tocar la luz infrarroja directamente, pues sería lo equivalente a colocar las manos sobre fuego.