Los baños turcos hammam para los niños: ¿cómo debe ser el proceso?
Los baños turcos Hammam son un estilo de baño originado en los países árabes. Actualmente, es una actividad que se ha expandido por todo el mundo y ahora es muy fácil que llegue al hogar de prácticamente cualquier persona.
En resumen, este baño comprende un baño de vapor al mejor estilo de la sauna, y aunque en sus métodos originales incluían otras costumbres o prácticas, al tenerlo en casa el mundo de posibilidades se abre y cada persona puede utilizarla a su manera.
Tradicionalmente los niños no eran bienvenidos en los usos de este baño. En la antigüedad, las prácticas tradicionales del baño turco hamman comprendían el uso en grupo de estos espacios, sin ropa, solo usando un estilo de taparrabos para cubrirse; y por supuesto, no era común que los niños también estuvieran presentes.
Pero ahora, con cabinas instaladas en casa con las cuales se puede disfrutar en la intimidad del baño turco hamman, muchos se preguntan: ¿las características de estas cabinas o baños son adecuadas para los más pequeños de casa? Pues aquí te tenemos la información.
Rasgos físicos
Por un lado, hay que tener en cuenta que las características físicas de un niño y un adulto son diferentes, por lo tanto la reacción de los cuerpos al calor puede resultar distinta y ese es un punto que debe ser muy considerado a la hora de dar uso a estas cabinas.
El peso y contexto es diferente. Según estudios, los niños absorben mucho más calor de la sauna que un adulto, proporcionalmente hablando. Asimismo, también se da otra gran diferencia en el hecho de que los niños poseen una mayor densidad de glándulas sudoríparas que una persona adulta, por lo que se presenta una respuesta más rápida al efecto del calor, haciendo que los niños suden más, dentro de una de estas cabinas, que los adultos.
El ritmo cardiaco de ambos también es tema de análisis. Sin embargo, la sauna modifica el sistema circulatorio de los niños casi de la misma forma que lo hace con los adultos, tanto en el ritmo cardiaco como en la presión sanguínea. No obstante, hay que considerar que el ritmo cardiaco de los chicos menores a 10 años es más alto que el de un adulto. Al final, la sauna incrementa el ritmo cardiaco de ambos de una misma manera.
La preparación
Antes de dejar a un niño estar dentro de una sauna turca es importante prepararlo y explicarle lo que significa. Sin una preparación adecuada, los chicos no se adaptarán positivamente a ellas, ya que es una experiencia distinta y anómala en su cotidianidad, no conocen sus beneficios y la situación los hace estar quietos y sudorosos. Hablándoles de su uso y beneficios ellos podrán entender mejor la situación y disfrutar del baño.
El uso correcto
Si los niños están interesados en utilizar esa cabina de baño turco hamman que mamá y papá tienen en casa, entonces hay ciertas condiciones y formas en las que deben iniciarlos a esta actividad, al igual que así ocurre en caso de que deseen usar un spa jacuzzi de exterior.
Se aconseja que los niños tomen el baño turco acompañados de sus padres o un adulto de confianza que les ayude en el proceso, que los acompañen.
Cuando los pequeños utilicen estos baños es importante que, especialmente en los primeros usos, no tengan temperaturas muy altas que los incomoden o les hagan sentir un calor excesivo que los inquiete y haga desistir. Se recomienda establecer la temperatura alrededor de 65 ºC o 70 ºC. También es recomendable que ellos entren a la cabina habiendo, previamente, mojado su rostro con agua fresca, así se sentirán mejor y soportarán el calor de forma más sencilla.
Por otro lado, cuando los pequeños están tomando su baño es necesario que se mantengan interesados en algún tema de conversación o un juego calmado en el que se entretengan para que eviten su desesperación, aburrimiento y cansancio y no opten por desesperarse con saltos o juegos que los hagan brincar o agitarse mucho.
El tiempo que duren dentro de este baño también debe ser más corto que el de los adultos. No debe prolongarse mucho más tiempo que la de la sensación del ligero agobio que normalmente es la que se experimenta en todas las personas y que los niños deben aprender a identificar.
En cuanto al resto del procedimiento, puede darse al igual que normalmente se da en las personas mayores, simplemente deben de tenerse en cuenta todas las consideraciones anteriores.
Los baños posteriores al baño turco hamman, se aconseja que sean con agua templada, esto hará más fácil la aceptación progresiva del proceso.
Otro importante punto es que el uso de las cabinas debe ser mucho más limitado en niños. Es decir, mientras que los adultos pueden disfrutar más de un baño de estos por semana, en niños debe limitarse a solo uno.
Beneficios en los niños
Y ¿por qué es importante que ellos se acostumbren y acepten esta actividad? Pues además de que es un proceso higiénico también les brinda otras ventajas.
En algunos países, hay saunas en colegios y sitios en los que los niños pueden ingresar. Por ende, tener en casa la posibilidad de su propio baño turco hamman es ideal para que sea algo más privado y que resulte positivo para toda la familia.
La sauna ha sido incorporada en programas terapéuticos y de rehabilitación, sobre todo dedicados a niños. Se realizan para chiquillos asmáticos. En infantes que acuden a la sauna regularmente se nota una reducción en las veces que puedan estar enfermos al año.
Por lo tanto, todas estas especificaciones hacen denotar que es beneficioso y positivo que los chicos sean iniciados a estas prácticas en casa y que hagan uso del baño turco hamman periódicamente, siempre tomando en cuenta las recomendaciones y las características en las que deben hacer uso de ella.
Iniciar estos baños en las edades menores también es una muy buena táctica para evitar todos aquellos trastornos o miedos que se desarrolla en los adultos cuando toman una de estas duchas por primera vez en su adultez.