Madera de cicuta, el gran secreto de la sauna de infrarrojos
De todas las cabinas existentes una de las más interesantes es la sauna de infrarrojos, porque revela una gran tecnología en su manera de purificar la piel y ofrecer una sensación tan plena y satisfactoria como una tradicional finlandesa.
Sin embargo, más que la alta tecnología para calentar la piel, el gran éxito de este modelo está oculto en la construcción de su cabina usando la madera de cicuta, el gran secreto de la sauna de infrarrojos.
Sauna de infrarrojos y su relación con el Pacífico
La madera viene de la cicuta de montaña, una especie arbórea procedente del oeste de los Estados Unidos y que está considerada, junto con la secoya, uno de los tipos de árboles más grandes del Pacífico debido a su imponente altura (desde los 20 hasta los 40 metros de altura y ocasionalmente pueden llegar hasta la espectacular cota de los 60 metros con una envergadura en sus troncos de más de 2 metros).
La cicuta de montaña pertenece a la familia de las coníferas siempre verdes. Posee una corteza fina y fragmentada en cuadrados grises y sus copas se caracterizan por su forma cónica y delgada en los ejemplares más jóvenes y cilíndricas en caso de los ejemplares más antiguos.
Pero lo que realmente las distingue, tengan la edad que tengan, son sus puntas en forma de ramilletes y ligeramente colgadas. Los brotes de la cicuta de montaña suelen ser de colores pardos y anaranjados, los cuales suelen ser característicos en las maderas de calidad.
Fuertes e interesantes: lo mejor para la sauna
Los árboles de cicuta de montaña son tan fuertes como interesantes debido a que presentan características arbóreas muy particulares que son las responsables de su gran calidad, resistencia y versatilidad.
Para empezar, sus hojas son acuciantes, con una sección levemente aplanada y de textura suave, algo característico en estos árboles pertenecientes a la familia de las Tsugas y que suelen ser habituales en árboles de madera densa y de gran resistencia.
La cicuta de montaña posee estróbilos pequeños, pero particularmente más largos que en otros árboles coníferos, además de escamas flexibles, cosa muy importante que los ayuda a crecer y competir en un ambiente superpoblado de árboles de gran tamaño, envergadura y firmeza que producen una madera de alta calidad.
Características de su madera de calidad
En los bosques sanos en los que logra desarrollarse la cicuta de montaña, en medio de esa “lucha vertical”, suelen crearse ejemplares con madera poderosa, uniforme y de un tipo de grano firme.
Pero a diferencia de ciertos abetos, en los que la madera suele desarrollar una incómoda superficie nudosa, los árboles de la cicuta de montaña por lo general consiguen desarrollar una superficie sumamente homogénea, razón por la que son tan apreciados.
Una vez que han alcanzado su plena madurez y el máximo de su tamaño, estos formidables coníferos muestran una madera de un tono miel bronceada y con un hermoso color plenamente uniforme. Este es el tipo de madera que suele verse en los mejores modelos de las saunas de infrarrojos.
Para tener una idea de la calidad de este tipo de madera, es lo que suele denominarse una madera “adaptativa” donde los constructores, carpinteros y ebanistas pueden usar tanto herramientas manuales como mecánicas, ya que la madera de cicuta es noble y puede moldearse a cualquier forma.
Esta es la razón por la que la madera de cicuta puede usarse en planchas lisas, bloques, formas orgánicas o incluso en tablas machihembradas ideales para paneles, o usarse en bruto para marcos y juntas.
Mucho calor y poca resina
Debido a que la madera de cicuta tiene un nivel mínimo de resina suele ser contraproducente de usar en exteriores sin tratamiento previo, pero una vez tratada, es una madera que reacciona de una manera brillante con las pinturas o tintes.
Pero al usarse en entornos cerrados y con mucho calor, la madera de cicuta suele comportarse admirablemente porque son árboles que, literalmente, no toleran la sombra y buscan el calor, esa es la razón por la que en espacios fríos es desaconsejable, pero resisten en espacios húmedos o muy calientes; es decir, perfecta para una sauna de infrarrojos.
Estos árboles suelen desarrollarse en espacios muy abiertos donde necesitan luz solar constante, y en caso de invierno, intensas nevadas que mantengan sus raíces permanentemente húmedas y con grandes masas de agua.
De hecho, la cicuta de montaña es un árbol conífero que se adapta en ambientes con fuertes cantidades de hielo o nieve, lo que le ayuda a desarrollar ramales fuertes y ramillas colgantes resistentes.
Ideal para espacios con temperaturas extremas
Como explicamos anteriormente, una vez procesada y cortada, la madera de cicuta recibe un tratamiento que la hace resistente a los elementos, la plaga y el intenso cambio de temperaturas y humedad propios de los baños.
Algo muy característico en los ejemplares de los árboles Tsuga es la nobleza de su madera, la cual puede tornarse dura y compacta y en otras ocasiones flexibles y resistentes gracias a su inmensa calidad.
De hecho, sin importar si se usa tornillos o clavos en su superficie, la madera de cicuta no suele partirse o agrietarse, conservando su forma, dureza y temple.
En el caso de los mejores modelos de saunas de infrarrojos la madera es tratada de forma absoluta y completa garantizando su aclimatamiento en cualquier circunstancia. Esta es la razón por la que las estructuras de las saunas no se comban, agrietan o encogen y conservan su forma y estado.
Un proceso delicado y complejo
La madera de cicuta es un material caro porque, al igual que los buenos jamones ibéricos, requiere de un proceso arduo, delicado y constante, pero cuyos resultados rebasan por completo todas las expectativas marcadas previamente.
Para empezar, su tratamiento de curado suele ser lento, tanto por parte de los aserraderos como por parte de los ebanistas, carpinteros u obreros de la construcción, con el fin de adaptarse a las exigencias del proyecto, y en el caso de las estructuras de las saunas de infrarrojos este tratamiento es intenso.
De este proceso suelen identificarse distintos niveles de excelencia de acuerdo a los colores y granos de las láminas que se obtengan finalizado el tratamiento de curado.
Por ejemplo, las maderas más caras de la cicuta de montaña muestran formas y texturas tan uniformes que parecen pintadas a mano, en cambio, las maderas más “baratas” suelen destinarse a cortes más toscos o brutos y usarse en recubrimientos exteriores.
Otras modalidades pueden presentar formas arqueadas y se usan para aplicaciones menos vistosas como recubrimientos interiores en paredes o contrachapados.
Incluso los árboles que hayan desarrollado maderas nudosas y de menor calidad suelen servir como parte de recubrimientos internos, para reforzar estantes, o también como parte de mobiliarios que no necesiten acabados delicados y que suele usarse para fabricar cajones o armarios.
En general, se trata de una madera dura, fina, de enorme resistencia y calidad, que puede usarse tanto en decorados más finos, como en áreas más exigentes y toscas.
Ideal para las cabinas de las saunas de infrarrojos
Todo lo anteriormente expuesto explica el por qué es una madera perfecta para las saunas de infrarrojos.
Cuando vemos el exterior de una sauna de infrarrojos podemos ver que sus tablones de madera de cicuta presentan un exterior liso, armónico, homogéneo y con leves diferencias de vetas o tonalidades entre sí, tan parejo que su apariencia es sinónimo de su calidad y longevidad.
Sus recubrimientos interiores, por ejemplo, reciben un tratamiento de curado aún más exigente que los hace inmune al intenso calor o la humedad que desprenden los cuerpos sudorosos. Es decir, una madera perfecta para cambios bruscos de temperatura.
La cicuta de montaña es un árbol fuerte y poderoso que se caracteriza por una madera increíblemente densa y resistente, lo cual la hace ideal para la construcción.
Para tener una idea de la densidad de la madera, esta puede alcanzar hasta 465 kilogramos por metro cúbico, perfecta para la construcción a gran escala con una durabilidad sin tratamiento un nivel de uso, a pesar de su impresionante densidad, muy fácil de tratar y usar.
Satisfacción asegurada en las saunas infrarrojos
Como buen árbol de las coníferas, la cicuta de montaña presenta una madera de veta recta y una textura suave, delicada y fina, a pesar de su dureza y resistencia, una combinación que se ve en maderas de alta calidad como el roble.
Esta combinación, sinónimo de resistencia y delicadeza, produce un efecto embriagador y atractivo a nivel visual, cosa que puede comprobarse al observar los diseños, austeros y delicados, pero de hermoso acabado y gran belleza, de sus saunas.
Elementos como los asientos de hermoso acabado, la lámpara de pared o su vidrio templado, se amoldan de manera admirable al diseño ergonómico de la cabina de sauna infrarrojos, donde los espacios están hechos para ofrecer una gran comodidad en el que la madera de cicuta es un elemento de primer orden para la satisfacción de los usuarios.