Piscina de hidromasaje: cómo convertirlo en un espacio de ejercicio diario
Uno de los grandes lujos de la vida moderna sin duda es una piscina de hidromasaje dentro de nuestra propia casa. Poder disponer de este maravilloso invento nos permite relajar los músculos adoloridos, relajar las tensiones diarias y recuperar las energías perdidas debido al estrés y a las tensiones de la vida diaria.
Pero en realidad este espacio lúdico y refrescante esconde muchas otras virtudes insospechadas, entre ellas está el utilizar sus áreas como un efectivo espacio para practicar ejercicio a diario e incrementar sus beneficios.
Cuando terminamos una exhaustiva jornada laboral y deseamos estar a tono nuevamente, podemos hundirnos en la placidez de la piscina jacuzzi o escoger un gimnasio atestado de gente para hacer ejercicios para recuperar el vigor y la fuerza ¿pero por qué no podemos tener ambos?
Hidromasajes + ejercicio, una combinación sensacional
No se trata de negar las virtudes relajantes de la piscina de hidromasaje sino aprovechar, aún más, sus virtudes y explotarlas en nuestro beneficio; y obviamente tampoco se trata de llevar a cabo ejercicios de alto impacto dentro de la piscina, sino articular ambos conceptos en uno de manera dinámica.
Para empezar, el entorno que rodea a una piscina de hidromasaje la hace un ambiente ideal para el ejercicio suave, de bajo impacto y reparador gracias a las propiedades de densidad del agua.
También es ideal porque la temperatura del agua relaja más rápidamente los músculos y le permite a la persona mejorar de manera notable la elasticidad y la tonificación muscular, como una ayuda imprescindible para bajar de peso y en la rehabilitación de lesiones.
Lo mejor de todo es que no se necesita de grandes conocimientos en el campo del entrenamiento físico ni de grandes espacios acondicionados, solo una serie de ejercicios sencillos y que no requieren de mucha complejidad.
Ejercicios prácticos al alcance de todos
Para tener una idea clara de lo que se puede hacer dentro del área de la piscina de hidromasaje les brindaremos unas ideas prácticas que nos ayudarán a disfrutar de las bondades de la piscina de hidromasaje y al mismo tiempo ponernos en forma:
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Ideal para estirar los músculos
Gracias al calor y a los chorros de agua de alto impacto, la piscina de hidromasaje es perfecta para relajar los músculos y reducir al mínimo la tensión para llevar a cabo una sesión diaria de estiramiento antes de salir a trabajar.
Primero se debe de hacer una serie de estiramientos muy suaves fuera de la piscina; se trata de un ligero precalentamiento necesario antes de entrar al agua.
Luego, entraremos dentro de la tina y nos ubicaremos en el centro de la misma sintiendo los chorros de agua caliente golpeando las extremidades inferiores, entonces apoyamos una pierna sobre el borde de la piscina y nos inclinamos hacia adelante lentamente, una y otra vez, con el objetivo de estirar los isquiotibiales.
Una vez hecho esto tiramos de los talones hacia atrás suavemente hasta tocar los glúteos, de esa forma se estirarán los cuádriceps. Se debe de repetir varias veces, pero siempre de manera suave, sintiendo los chorros de agua caliente relajar al máximo las extremidades inferiores.
Finalmente, nos sumergimos dentro de la piscina hasta que el agua nos llegue al cuello y entonces encogeremos nuestros hombros de manera alternada, agarrando cada codo justo en la parte de atrás de la cabeza para luego soltar los brazos.
Todos estos estiramientos deben de hacerse suaves y sin forzar los movimientos. La intención es que el agua caliente y relajante actúe como un potenciador tanto en la relajación como en la ejecución para evitar un mal movimiento o una lesión involuntaria.
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Intensificar el calentamiento cardiovascular
El solo hecho de sumergirnos dentro de la piscina de hidromasaje ya es de por sí una manera efectiva de elevar el ritmo cardíaco, pero esto lo podremos amplificar de manera muy sencilla.
Para incrementar la frecuencia cardíaca solo necesitamos caminar lentamente dentro de la tina de hidromasaje, al principio muy lentamente y luego acelerando el ritmo a nuestro agrado.
Recordemos que la densidad del agua es superior, por lo tanto, actúa como una barrera que obliga a las extremidades a intensificar la fuerza, pero esa tensión se anula, a su vez, gracias a los chorros de agua caliente que ayudan a relajar los músculos.
Finalmente, el ritmo debe de acelerarse hasta alcanzar un trote suave pero sostenido que podemos intercalar con ligeras zancadas para aumentar la dificultad. En pocos minutos habremos creado un eficiente calentamiento cardiovascular.
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Entrenamiento suave con peso
Si lo que deseamos es aprovechar el efecto relajante de la piscina de hidromasaje al momento de hacer ejercicios con peso, nada mejor que unas series cortas utilizando unas mancuernas flotantes de al menos unos 3 o 4 kilos.
Nos pararemos en un lugar de la tina en donde podamos recibir los chorros calientes de agua que nos ayude a relajar la espalda y entonces hacer unas series cortas de mancuernas incrementando la dificultad con la densidad del agua hundiendo las mancuernas al momento de bajarlas.
Para el siguiente ejercicio nos sumergiremos dentro de la piscina apoyando nuestra espalda contra el borde de la tina en ángulo recto y luego haremos ejercicio de hombros, subiendo las mancuernas hasta lo más alto, y luego bajando las mancuernas lentamente hasta la altura de los hombros. El agua no debería llegar hasta la mitad del pecho.
Luego podemos hacer ejercicios de peso en las piernas atándonos unas tobilleras impermeables de al menos 1 kilo de peso, nos sentamos sobre en el banco y luego subimos y bajamos las piernas en ángulo recto aprovechando la densidad del agua para ayudarnos.
Este mismo ejercicio puede usarse para “patalear” debajo del agua: nos sentamos en el banco procurando que el agua cubra levemente nuestras piernas y entonces las subimos y bajamos en ángulo recto aprovechando la densidad del agua.
Otro ejercicio muy bueno para los muslos es hacer sentadillas con peso. Nos ubicamos en un lugar de la tina donde el agua llegue hasta las rodillas, sostenemos sobre nuestros hombros las mancuernas sumergibles y nos acuclillamos hasta sentir el agua tocar nuestros glúteos y luego subir.
Es muy importante no bajar más de ahí para que el ejercicio tenga suficiente impacto.
Una vez más, todos estos ejercicios de impacto moderado deben de hacerse suavemente aprovechando la relajación de los chorros de agua caliente al momento de tensarlos.
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Tonificación cardíaca
Este ejercicio no debe de confundirse como parte del calentamiento cardiovascular ya que se trata solo de tonificación.
Para hacerlo necesitamos pararnos sobre una tabla y doblar las rodillas hasta el pecho manteniendo en todo momento la tabla debajo de nuestros pies, empujamos la tabla hacia abajo sin dejar que esta se deslice y flote hacia la superficie.
Otro ejercicio tonificante es sostener la tabla con las dos manos y usando nuestros abdominales para torcer la parte superior de nuestro cuerpo empujando, así, la tabla en contra de la corriente de los chorros de agua, tanto a la derecha como a la izquierda, antes de regresar otra vez al centro.
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Ejercitación de cardio intensa
Este ejercicio es ideal para aquellos que ya tengamos experiencia ejercitando nuestro cuerpo dentro de la piscina de hidromasajes y queramos incrementar la intensidad. El único limitante es que la piscina debe de ser lo bastante extensa como para correr en su interior.
Solo necesitamos correr dentro de la piscina a contracorriente de los chorros de agua para que el choque con el agua caliente incremente el cardio y la dificultad, pero al mismo tiempo actuar como un elemento relajante y tonificador.
Pero si la tina es de tamaño pequeño o mediano tampoco hay problema porque sencillamente alteramos el ejercicio: en lugar de correr lo único que necesitamos hacer es ir avanzando mientras levantas las rodillas a gran velocidad, como simulando el gesto de correr. La densidad del agua aumentará la dificultad y el calor del agua generará relajación.
Si ya hemos llegado a un buen nivel de resistencia, con el tiempo podemos correr o hacer el ejercicio de rodillas sosteniendo pesas o usando tobilleras más pesadas.
Método para enfriar los músculos después de los ejercicios
Un error muy común que muchas personas cometen es salir directamente de la piscina de hidromasaje al terminar los ejercicios sin el debido enfriamiento.
Enfriar los músculos es imprescindible porque hay que recordar que estamos dentro de un área de agua caliente y debemos evitar que el choque térmico al salir genere una contracción.
Para enfriar la mejor técnica es repetir los mismos ejercicios que se hayan efectuado muy lentamente y alternándolos con estiramientos suaves, de esa manera relajaremos aún más los músculos, bajaremos el ritmo cardíaco a un nivel normal y los prepararemos para sentir una temperatura más fría.
Una vez que hayamos conseguido adoptar una rutina diaria tanto de ejercicios como de estiramientos empezaremos a notar sus beneficios y mejorías que se traducirán en mucho menor estrés, más tranquilidad, mucha menos fatiga y un sueño mucho más plácido, reparador y profundo.