Saunas de madera: ¿Pueden utilizarse por los más pequeños de la casa?
La popularidad de las saunas de madera ha incrementado en los últimos años a nivel internacional, llegando a ser deseadas por muchos para una utilización exclusiva dentro de su propio hogar.
Si bien la sauna de madera es completamente común en lugares públicos, sobre todo en los países fríos, hace unos años atrás era bastante extraño ver una cabina de sauna en una zona residencial. Sin embargo, cada vez son más las personas que se animan a adquirir una sauna de madera para su uso exclusivo y el de su familia.
Este tipo de cabinas son muy deseadas (al igual que ocurre con los jacuzzis para exterior) ya que aportan un toque innovador al hogar, son clásicas, elegantes y, además, se adaptan a cualquier decoración perfectamente.
Hoy en día se fabrican de distintos tamaños, logrando adaptarse a diferentes estancias y teniendo capacidad para distinto número de personas. Dependiendo del modelo que se elija, una sauna puede llegar a tener capacidad para 1 o 2 personas o hasta para 7 personas.
Las familias usualmente prefieren una sauna seca con gran capacidad para poder disfrutar de todos los beneficios que esta aporta cómodamente, sin la necesidad de salir de casa. Sin embargo, es común que ciertas dudas surjan al momento de adquirirla, donde la pregunta más común es si los niños pueden también utilizar este tipo de cabina sauna.
La sauna y los niños
Es un hecho innegable que las saunas de madera aportan un sinfín de beneficios al cuerpo y a la salud en general.
Disfrutar de sesiones frecuentes en una sauna finlandesa puede llegar a mejorar el sistema inmunológico, la circulación sanguínea y la oxigenación de los tejidos. También está comprobado que tiene un impacto positivo ante la tensión muscular o contracturas, logrando hacer que los músculos se relajen y mejore su flexibilidad.
Al mismo tiempo, el calor que despide una sauna clásica de madera penetra en la piel, estimulando así las glándulas sudoríparas y ayudando de esta manera a la eliminación de toxinas por medio de la sudoración.
Por otra parte, los expertos afirman que las sesiones en una sauna aportan un efecto muy similar al de practicar ejercicio, por lo que también ayudan a controlar el estrés y a mejorar el estado de ánimo.
Sin embargo, este tipo de sesiones no son recomendables para todas las personas. Tanto adultos como niños tienen sus limitaciones.
Las personas con enfermedades cardiacas, hipertensas, con problemas de coagulación o dificultades renales se deben abstener de utilizar una sauna de madera. Al mismo tiempo, es recomendable que los niños menores de 7 años no se adentren en este tipo de cabinas.
A pesar de que en Finlandia, lugar originario de las saunas públicas, permiten la entrada a niños de 3 años, en otros países este resulta ser un tema de gran controversia, por lo que la limitación de edad para acceder a las saunas publicas fuera de Finlandia es hasta los 12 años.
Recomendaciones para niños menores de 12 años
Una sauna de madera puede llegar a ofrecer grandes beneficios para tus hijos siempre y cuando se sigan ciertos parámetros de seguridad y se haga una buena utilización del equipo.
Antes de nada, se debe tener presente que la sauna de madera funciona aumentando la temperatura del entorno, lo cual afecta directamente al cuerpo humano, haciendo por ende que la temperatura interna también aumente. Ante el cambio de temperatura, un cuerpo adulto se puede adaptar rápidamente. Sin embargo, el cuerpo de un niño no lo hace eficientemente. Por ello se recomienda tener ciertas precauciones antes de meter a un niño en una sauna.
Si deseas que tu hijo pruebe los beneficios de una sauna, lo más recomendable será desarrollar cierta resistencia poco a poco. Por ejemplo, la primera vez que acceda no dejes que permanezca más de 5 minutos y supervisa todas sus reacciones. La siguiente semana permite que permanezca dentro unos 7 minutos si todo va bien. Una semana después alarga este tiempo a 10 minutos y posteriormente, a la cuarta semana, puede llegar a los 15 minutos, lo cuál será su tiempo limite hasta que alcance la pubertad.
En términos generales, las reglas son bastante simples. Los niños menores de 12 años no deben permanecer más de 15 minutos dentro de un equipo de estas características. Al mismo tiempo, se recomienda que la temperatura no supere los 70°C y siempre debe haber un adulto cerca.
Es necesario enseñar a los niños pequeños que no deben correr o saltar dentro de la sauna y mucho menos tocar las paredes. Aun así, el adulto responsable debe mantener supervisado al menor en todo momento, de esta forma se evitarán posibles accidentes.
Señales de alerta
La supervisión es fundamental y estudiar el comportamiento del niño puede llegar a marcar la diferencia en caso de riesgo.
Si el infante presenta molestias ante el calor, calambres, mareos o nauseas, debe sacarlo inmediatamente, ya que estos síntomas pueden representar un golpe de calor.
Es de suma importancia que, apenas aparezca cualquier síntoma anormal, no exponga al niño más tiempo dentro de la sauna finlandesa, con la falsa creencia de que con el transcurso de los minutos se acostumbrará. Debe llevarlo a un lugar donde pueda recobrar su temperatura habitual y, en caso de que los síntomas persistan, acudir al médico.
¿Los niños obtienen los mismos beneficios que los adultos?
Esta pregunta se repite frecuentemente cuando se habla de niños en saunas de madera. Y la respuesta es sí.
Una sauna de madera ayuda a la circulación sanguínea del pequeño, la liberación de toxinas y al fortalecimiento del sistema inmunológico. También proporciona alivio a ciertos dolores o molestias causados por su desarrollo y crecimiento, mejora su capacidad aeróbica y ayuda con los niveles de estrés y ansiedad.
Al mismo tiempo, este tipo de tratamientos es una excelente alternativa para los niños asmáticos, ya que los músculos de los bronquios se relajan debido al aire caliente que se inhala, lo cual contrarresta los espasmos que provocan los ataques.